La road trip esencial para quien visita la Serra da Estrela
Si estás de paso en el punto más alto de Portugal, descubre las maravillas alrededor.
Ya sea por la nieve o por la adrenalina de las alturas, la Serra da Estrela es un lugar indispensable en esta época del año. Juntate al paisaje blanco y al calor de la chimenea para disfrutar de tu cena de Navidad o pasar la Noche Vieja, pero vete más lejos: acepta el reto de All About Portugal y preparate para un viaje, por carretera, irresistible. Hay muchas localidades para descubrir cerca de Serra da Estrela, por lo que sólo tienes que entrar en el coche y disfrutar del camino por carreteras diseñadas entre la perfección de la naturaleza. A los paisajes increíbles se junta el sabor del tradicional queso Serra da Estrela, poblaciones "cinematográficas" que parecen haberse detenido en el tiempo y, por supuesto, mucho calor humano. ¡Juntate a nosotros!
Sabugueiro – 18,4 km
El viaje empieza en un lugar que es tan remoto como mágico: el pueblo más alto de Portugal, a 1200 metros de altitud. Su nacimiento es casi poético, ya que el Sabugueiro habrá surgido del conjunto de casas de pastores. Todavía muy conectado al pastoreo y a las industrias asociadas, la aldea ha revelado una nueva y moderna cara gracias al turismo rural. Con rincones naturales verdaderamente increíbles y casas encantadoras, es una parada obligada para los que se atrevan en las carreteras de la Ser
Manteigas – 21,9 km
El pueblo de Manteigas, que se encuentra en pleno valle del Glaciar del Zêzere, tuvo su fisonomía dibujada por la naturaleza, con un formato en "U" modelado por los glaciares desaparecidos y los ineludibles Covão da Ponte e Covão d’Ametade, entre innumerables rocas y lagunas. Además del paisaje idílico, Manteigas es conocido por su gastronomía típicamente serrana, siendo el queso uno de los componentes indispensables. Aunque sea municipio, es el más pequeño del distrito de Guarda.
Loriga – 22 km
Un verdadero paraíso para quien busca el opuesto de la agitación urbana, Loriga se esconde entre el paisaje verde de la Serra, a 770 metros de altitud, como un oasis prometido después de meses de rutina intensa. Su encanto natural y envidiable ubicación tomaron el pueblo que se ganó el apodo de "Suiza portuguesa". En el valle ya pasaron suevos, visigodos y moros, siendo posible aún sentir esa presencia en una carretera romana y en la terraza medieval.
Cabeça (Aldea de Navidad) – 22,8 km
De esquisto y granito, la aldea de Cabeça fue moldeada a la imagen de la necesidad de los tiempos, con la agricultura y demás actividades adaptándose a la morfología de la Serra. La población fue disminuyendo, y, a pesar de los accesos difíciles, no se dejó quedar atrás: Cabeça fue la primera aldea con red de Internet inalámbrica en 2007, y desde 2013 que gana nueva vida como Aldea de Navidad. Se trata de un evento sostenible, innovador y que realza aún más la magia natural de la Serra.
Valezim – 22,9 km
Su nombre tendrá su origen en la expresión "valle pequeño", pero, a pesar de su pequeño tamaño, Valezim es un pueblo rico en Historia. Las tierras graníticas son el escenario ideal para el cultivo de maíz y árboles frutales, y el granito es también la materia prima de bellezas arquitectónicas. A su vez, puede encontrar las memorias de minas de estaño y volframio, desarrolladas durante la Segunda Guerra Mundial. Las obras religiosas son imperdibles, con destaque para la Capilla de San Juan.
Alvoco da Serra – 31,4 km
Esta es la última aldea del municipio de Seia presente en este itinerario. Así como las anteriores, tiene su tradición inscrita en la agricultura, los lácteos y en el pastoreo, siendo la construcción normalmente pautada por el granito. En sus tiempos áureos, a mediados del siglo XX, tuvo tres fábricas funcionando, empleando mucha de la población de los alrededores. Además de monumentos, especialmente religiosos, tiene piscina exterior.
Sortelha – 52,4 km
¡Es una de las Aldeas Históricas ineludibles! En el municipio de Sabugal, la villa de Sortelha es una de las memorias mejor conservadas de la época medieval, embellecida por la muralla y el castillo. Pierdete por los recorridos entre las casas y, si los vértigos no te impiden, aprovecha los paisajes increíbles que rodean la localidad. Un paraíso para quien le gusta la fotografía (no te pierdas el detalle de la "Cabeça da Velha").
Folgosinho – 56,4 km
Muy conocida por sus referencias gastronómicas, la aldea del municipio de Gouveia merece sin duda una visita. De tripa llena, podrás aventurarte por los tesoros de Folgosinho, en particular el castillo, portentoso sobre el Valle del Mondego, la calzada romana de los Galhardos y la colina. Menos glamour tienen las" horcas ", donde se suspendía a los condenados a la muerte Siguen contando historias de tragedia en el Cerro das Forcas, a unos 200 metros de la colina.
Linhares da Beira – 63,9 km
Si su calzada hablara, Linhares da Beira, en el municipio de Celorico da Beira, contaría historias épicas de Túrdulos y Romanos, y aventuras de la carretera que antes conectaba Emérita a Braga. A 800 metros de altitud, la aldea respira ya un "hábitat" diferente de la Serra. El castillo es el elemento más marcado de sus paisajes, pero la incursión en sus caminos estrechos y sinuosos es un auténtico regreso a un pasado lleno de historia.
Almeida – 111 km
¡No te asustes con la distancia a la que está Almeida, cerca de la frontera con Vilar Formoso! El viaje merece la pena y, por el camino, puedes aprovechar para hacer paradas estratégicas en otras localidades, como Colmeal da Torre (Belmonte) o Arrifana (Guarda). La Fortaleza de Almeida es una de las obras arquitectónicas más emblemáticas del distrito, con el formato en estrella. En las cercanías, no te pierdas Castillo Mendo y Castillo Bom.
Castelo Rodrigo – 130 km
Más una localidad con tradición romana, testimonio aún visible en la calzada que atraviesa la población. Una de sus imágenes de marca es la arquitectura, tanto militar y religiosa, que tiene como principales ex-líbris las murallas y el castillo. Tiene una de los paisajes más improbables del municipio, con un Cristo-Rey de brazos abiertos mirando al pueblo, en el Mirador Alto da Serra da Marofa, allí desde 1956. En lo concierne da artesanía local, los protagonistas son los bordados y el encaje.
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