Es el monumento de mayor valor artístico del municipio. Los orígenes del edificio se remontan al año 1500, y sufrió transformaciones y ampliaciones hasta el siglo XIX. Tiene un claustro de la época de Don João III. Fue un monasterio de clausura de la orden religiosa de Santo Domingo y más tarde un refugio para niños desfavorecidos.

Cueva que sirvió de residencia y lugar de cementerio a la comunidad, con vestigios de ocupación desde el Paleolítico Medio. Presenta pinturas rupestres y grabados del Paleolítico superior y Neolítico tardío. Tiene una configuración tipo galería/habitación, compuesta por 30 galerías con habitaciones, pasillos, rampas y cámaras.

Gran Convento de 1550, cerrado en 1834 con la extinción de las órdenes religiosas. La iglesia está cubierta con azulejos del siglo XVII, poco comunes en Europa. Consta de 8 capillas laterales, en una de ellas está enterrado Jerónimo da Cunha. Este espacio acoge misas ocasionales, conciertos corales y exposiciones.

Construido sobre los restos de la residencia original del santo patrón (São João de Deus), cuyos cimientos son de 1607, fue extinguido en 1834 y sufrió varias modificaciones que desfiguraron su aspecto original.

Es el jardín más grande de la ciudad con tres fuentes, una de las cuales es cibernética. Tiene parterres de césped y caminos de piedra. Aquí encontrarás un anfiteatro, un parque infantil y 3 rampas para monopatines/BMX, una de las cuales es un "half-pipe".

El Centro de Arqueología de Montemor-o-Novo cuenta con colecciones desde el Paleolítico hasta la Edad Media y salas de Alfarería, Arte Sacro, Etnografía y Tauromaquia.

Dos menhires con forma de entrepiso y uno con forma de paralelepípedo, de forma angular, todos caídos.

Dolmen formado por una cámara poligonal intacta, de 7 pilares, con tejado. Está situado en una pequeña colina de una finca privada (Monte do Pinheiro) a seis kilómetros de Montemor-o-Novo.

En cada orilla de un pequeño río se encuentran dos dólmenes similares, tanto en tamaño como en estructura, con grandes cámaras y corredores monumentales. La estructura se encuentra intacta, preservando el techo y el corredor diáfano incrustado en el cuerpo de la mámoa.

Dolmen con cámara poligonal y corredor que conserva el montículo circundante y la losa de cobertura fracturada. Tiene grandes dimensiones y está muy bien conservado.