Conjunto de tres tumbas excavadas en piedra y rodeadas por un muro de granito.

Conjunto de grabados rupestres inscritos sobre un afloramiento granítico, sobre un camino de tierra junto a un molino en ruinas.

Este castro, situado en el Monte da Senhora do Bom Sucesso, cuenta con varios restos arqueológicos atribuidos a la Edad del Bronce y del Hierro, y a la época romana y medieval. Destaca por la magnífica vista que ofrece.

Ventana del siglo XVI o "manuelina" situada en el segundo piso de una casa de piedra, que se presume que fue la vivienda de un juez.

Conjunto de lápidas, del siglo XI, excavadas en la roca y en buen estado de conservación.

El dolmen está compuesto por una cámara rectangular formada por nueve pilares, algunos rotos o incompletos. Tiene un pasillo muy largo con ocho pilares a cada lado. Está cubierto por un sombrero rectangular ancho y grueso. Ya no tiene rastros de mamoa.

Ruinas romanas situadas a los pies del Monte da Senhora do Castelo, antiguo castro fortificado de la Edad del Hierro. Las estructuras arqueológicas que se descubren constituyen una posada, lo que los romanos llamaban "mansio". Albergaba y acogía a los transeúntes que viajaban por todo el imperio y allí descansaban, disfrutando de un relajante baño en su spa privado.

Monasterio fundado en el siglo XII por D. Soeiro y sus compañeros, inicialmente obedientes a la Regla de S. Bento. Inicialmente, fue utilizado como monasterio masculino de la Orden de los Cistercienses. El favor del pueblo y el mecenazgo de los reyes que, lo convirtieron en Real Monasterio, para su protección, hizo crecer la casa y su patrimonio. En su arquitectura destacan las siguientes partes: la torre medieval construida entre los siglos XII y XV con sus tres plantas de bodega y hórreo, que en la actualidad se encuentra relativamente bien conservada; los edificios monásticos del siglo XVIII que tenían, …

Su construcción se realizó entre los años 1721 y 1724, proyecto del arquitecto Gaspar Ferreira. Consta de nave, sacristía y salón de despacho. El relleno que recibió para el interior lo convirtió en un bello ejemplo del arte barroco de la época joánica. Destacan los paneles de azulejos con simbología cristiana, que hacen referencia a escenas del Nuevo Testamento, escenas de la vida de María y Jesús representadas en el techo de la capilla-mor, azulejos de la Fábrica do Rato en la sacristía y detalles del retablo mayor.

Donde estuvo la fortificación medieval, se instaló el Santuario de Nossa Senhora do Castelo. La capilla sustituyó a una anterior del siglo XIV. De características barrocas y neoclásicas, este monumento llama la atención por la torre que se levanta sobre la fachada. Sus acabados son de cantería, constando de nave, sacristía y sala de reuniones. El interior también muestra un elegante presbiterio, cuyo retablo neoclásico en talla dorada y blanca se eleva sobre altos escalones. Los paneles interiores de azulejos representan episodios de la vida de la Virgen.