Este convento carmelita, con claustro, capilla y torre de observación, existe desde 1730. A lo largo de su historia, el edificio ha tenido diversas funciones, pero a partir de 1993 se convirtió en uno de los centros de la actividad cultural de Lagoa.

Templo del siglo XVI, sufrió importantes modificaciones en el siglo XVIII. La fachada "rocaille" presenta dos torres y un portal manuelino. Conserva un precioso conjunto de paneles de azulejos del siglo XVIII: arcón de cabecera (Ascensión), tímpano (Resurrección) y cabecera (Santiago luchando contra los moros, batalla de Lepanto y escenas del Evangelio).

Edificio de origen remoto está situado en un estrecho que penetra en el mar. En su construcción, esta ermita incorpora piedras de anteriores construcciones romano-medievales situadas en sus cercanías. En su interior se conserva una valiosa imagen de la Virgen con el Niño del siglo XVI. Esta ermita estuvo rodeada por una fortaleza de defensa costera que fue destruida por el terremoto de 1755.

Formó, junto con el Fuerte de Santa Catarina, la defensa del estuario del río Arade. Originalmente, consistía en una torre de vigilancia, pero fue ampliada en los siglos XVII y XVIII. Por iniciativa del poeta Coelho Carvalho, a principios del siglo XX, la residencia sufrió importantes obras de adecuación, que le dieron el aspecto romántico que presenta hoy.

El Faro se inició en 1920 y cuenta con una torre de 23 metros de altura.

Iglesia en la que podemos destacar las siguientes: la colección de los exvotos de pescadores, el altar del siglo XVI y las imágenes religiosas. Dentro se encuentra un conjunto de imágenes del siglo XX. siglos XVII y XVIII y una representación de doble cara hermosa de nuestra señora y el Señor crucificado.

En esta tierra de mar y río, no podía faltar un monumento que rinde homenaje a todos los hombres del mar, los pescadores que buscan sustento en las redes.